miércoles, 19 de agosto de 2015

Adios.

Llegó el día.
Tuve que decir adiós, porque pudo conmigo.
Todo tú pudiste conmigo.
Se agotaron mis fuerzas.
Mis defensas ya no valían y tus balas llegaron a mi piel.
Balas sin intención que fueron disparadas.
Balas sin intención que me rompieron.
Y roto te tuve que despedir de mi vida.
Siempre quedara parte, porque has sido una importante de mi vida.
Pero la mejor parte tuvo que irse.
Tuvo que ser echada.
Tú.
El adiós no me gusta,  pero se me hace hasta necesario.
Espero no arrepentirme demasiado tiempo y que todo pase rápido.
Porque si me matabas cuando estabas, ahora me mato yo porque no estas.
Busco la felicidad ¿está mal hacerlo?
Lo siento pero no encuentro otra alternativa.
Quizás en otro momento, en mucho tiempo, podamos intentarlo de nuevo.


miércoles, 5 de agosto de 2015

Hoy te echo de menos.

Hoy solo veo tus fotos. No te veré como cada día, hoy no.
Nuestras miradas no se cruzaran, no habrá una conversación, no habrá una sonrisa, hoy no habrá nada.
Y es por eso, que hoy te echo de menos, porque ya eres parte de mi días, de mi rutina, de mi vida, de mí, y hoy me faltas tú, me falta parte de mí y lo echo en falta, a ti.
Y como hoy nosotros, esto queda en silencio.

El segundo sin reloj mágico.

He vivido tanto, tantas cosas contigo, un lista interminable ya de momentos, y después de esta última experiencia juntos me quedo con un solo momento, un solo segundo. Recuerdo perfectamente tu mirada, tu sonrisa, lo que me dijiste y el sentimiento que recorrió toda mi piel, llegando al corazón invadiéndolo ocupando cada rincón sin dejar espacio para el oxigeno, ni siquiera para seguir latiendo.
El segundo hizo que la vida se parara, que todo a nuestro al rededor desapareciera y solo quedáramos tú y yo en nuestro segundo, solos, sintiéndonos tan juntos aunque bajo nuestra piel si no fuera por ese segundo estaríamos a kilómetros estando a dos centímetros, pero el segundo nos unió un segundo, dejando todo atrás y haciendo que se olvidara todo lo que no fuera el momento que estábamos viviendo.

Ojala tuviese un reloj mágico con el que hubiese podido parar el tiempo y dejarnos así para siempre y aunque todo siga y nuestro abrazo quedara atrás guardado en nuestro corazón, sigo buscándote, a ti, a tus abrazos y aun reloj que consiga parar el tiempo cuando estemos juntos, aunque con el momento en el tus brazos me rodean, el tiempo se congela y todo desaparece como un reloj mágico que para el tiempo